El presidente y las calificadoras tienen serias diferencias por Pemex. Esto sería una más de las anécdotas de la mañanera, si no fuera por todo el dinero que debe Petróleos Mexicanos: 107,000 millones de dólares. La controversia se archivaría en el cajón de “Los otros datos”, si la mayor empresa de México no tuviera que desembolsar una millonada por servicio de esa deuda. Entre el 1 de enero de 2024 y el 31 de marzo de 2027, Pemex deberá pagar 623,600 millones de pesos, alrededor de 35,000 millones de dólares.
AMLO minimiza los análisis que Moody’s y Fitch hacen de Pemex. Se refiere a las calificadoras como emisarias del pasado. Refuta con medias verdades los datos que ofrecen sobre la mediocridad operativa de Petróleos Mexicanos. Olvida mencionar que las calificaciones que estas firmas otorgan son algo más que “opiniones”. Esas letras, Ba3 por ejemplo, tienen poder en el mundo real. Pueden determinar el futuro de las empresas, en la medida en que determinan las condiciones en que acceden a financiamiento.
Pemex tiene que pagar mayores tasas de interés que otras empresas petroleras, como queda claro en el trabajo que Sebastián Díaz publica en El Economista. Los bonos de Pemex con vencimiento en el 2030 pagan 6.84% anual; los de Petrobras, 5.09%. La estadounidense Chevron paga sólo 2.23%. Esto se debe, entre otras cosas, a que la deuda de Pemex tiene la peor calificación, entre las petroleras estatales de América Latina. Está debajo de Petrobras, Ecopetrol, Petróleos del Perú y de la Empresa Nacional de Petróleo de Chile.
López Obrador descalifica a las calificadoras sacando de la chistera algunos datos que son ficticios. No es verdad que Pemex haya incrementado la producción de petróleo en este sexenio. En el primer trimestre de 2018, último año del gobierno de Peña, produjo 1 millón 877,000 barriles diarios en promedio. En el primer trimestre del 2023, la producción es 1 millón 588,000 barriles, esto es 15% menor. Sólo como referencia, al comenzar el sexenio, cuando se anunció el plan de rescate de Pemex se estableció la meta de producir 2.5 millones de barriles diarios.
En cuanto a los niveles de la deuda financiera, hay una reducción que vale la pena mirar con lupa. Era 1.95 billones de pesos en 2018 y ahora es 1.94 billones. Si incluimos los pasivos laborales, tenemos que la deuda total de Pemex ha subido un poco. Los pasivos laborales eran 1.28 billones de pesos en el 2018 y ahora son 1.34 billones. El costo financiero de la deuda pasó de 9,000 millones de pesos mensuales en el 2018 a cerca de 13,000 millones de pesos mensuales en el primer trimestre del 2023.
¿Qué hará con Pemex la próxima presidenta (o presidente) de México? En este sexenio, el gobierno de López Obrador ha hecho un enorme esfuerzo fiscal para “rescatar” al mayor contribuyente de México. Esto incluye la reducción de la Tasa del Derecho de Utilidad Compartida de 65 a 40% y la transferencia de recursos que totalizan 907,900 millones de pesos, entre el primero de enero de 2019 y el 31 de marzo de 2023. Tres cuartas partes de este monto corresponden a aportaciones de capital y 17% están calificados como estímulos fiscales, diferentes a la reducción de la Tasa de Derecho de Utilidad Compartida (que Pemex paga por los hidrocarburos que extrae).
El esfuerzo fiscal del Gobierno Federal no ha logrado mejorar significativamente el perfil financiero de Pemex. Eso es una de las cosas que señalan Fitch y Moody’s. Es válido preguntar si en el próximo sexenio se mantendrán los apoyos gubernamentales en niveles similares a los que se han vivido con AMLO. Una cuestión que preocupa es la pobreza de los resultados operativos. La caída en la producción de petróleo es un problema porque se trata de la parte más rentable del negocio. Con costos de producción de alrededor de 22-24 dólares por barril, los altos precios internacionales del crudo significarían una gran oportunidad para Pemex, como lo son para las otras petroleras del mundo. Producir 300,000 barriles diarios menos que en 2018 significa generar 20 millones de dólares diarios menos. Al mes son 600 millones. Al año, serían 7,200 millones de dólares. Hagan sus cuentas.
Quien encabece el Gobierno a partir de octubre de 2024 deberá revisar también el papel de Pemex en materia medioambiental. Es el incremento de los accidentes a los que hizo referencia el informe de Fitch, pero también lo que ocurre con las emisiones. En el caso de óxido de azufre, Pemex pasó de 135,000 de toneladas en el primer trimestre del 2018 a 280,000 toneladas en el mismo periodo del 2023.
¿Cuál será la agenda de transición energética en el próximo sexenio? ¿Qué papel jugará Pemex? Ya lo dijo Rockefeller: el mejor negocio del mundo es una petrolera bien administrada. El segundo mejor negocio del mundo es una petrolera mal administrada… a menos que sea Pemex o PDVSA.